10 de diciembre de 2015

Estado de gracia

Estado de graciaJoy WilliamsAlpha Decay, 2015
Traducción de Albert Fuentes
"Todo lo que toco duele."
Descubierta a los lectores en castellano por la reciente traducción de Los vivos y los muertos, una novela publicada originalmente en el año 2000, Joy Williams se dio a conocer en el ámbito literario unos cuantos años antes con la publicación de este Estado de gracia (State of Grace, 1973), debut que cosechó excelentes reseñas y fue finalista en algunos premios literarios reconocidos.

Estado de gracia, un libro extraño y perturbador, es una narración acerca de la vida de Kate, una universitaria americana, dividido en tres grandes capítulos que recogen tres episodios fundamentales que marcarán su existencia; una vida marcada por las relaciones con dos hombres: su padre, un retrógrado y exigente pastor religioso, y un marido sobrevenido.
"Lo importante es sobrepesar la importancia de las cosas y no preocuparse por si son auténticas o no."
Una voz narradora -la de la propia Kate en los libros I y III- cortante, insistente y neurótica describe, narra y juzga a ambos personajes, incluyendo un determinado modo de vida que en los años 70 del pasado siglo entraban en franca crisis, amenazantes y ajenos; a unas relaciones familiares ancladas en un pasado no por vivido menos indeseable, con una infancia "problemática" dominada por un padre -a veces, un Padre- que la inició en extrañas actividades, 
"Padre era el instrumento de Dios y todos éramos instrumentos de Padre",
una madre que perdió el juicio y murió embarazada y una hermana fallecida cuya presencia se le impone constantemente; en definitiva, a un mundo cerrado, rodeado por la omnipresencia de la religión, gris y frío. Y es que quien ha disfrutado del paraíso nunca vuelve a ser el mismo, y quien ha pasado una temporada en el infierno, tampoco.
"Le digo: "amor mío, yo no tengo futuro". Se lo digo. Le digo: "cuando anunciarion mi destino, la tercera de las brujas había salido a tomar un vermut"."
Huérfana de madre, Kate pasó su infancia en una pequeña isla,
"Esa sencilla isla donde todas las cosas se erguían como siluetas planas recortadas contra el cielo",
con una población endógama y desconfiada, a solas con su padre,  inmersa en una sociedad que parece anclada en el rigorismo puritano del siglo XVIII que absorbe al tiempo y al progreso como un agujero negro, sin dejar rastro.
"Su madre perdió el juicio. Kate lo vio. No fue después de que su hermana muriera, sino antes. Kate lo presenció. Su juicio salió expulsado de su cuerpo como la vaharada negra del aliento de un demonio y se enredó con los engranajes del tiovivo, se enmarañó en su música sombría y monótona."
A veces no es necesaria una gran tragedia para que una vida se despeñe, puede conseguirse con  solamente una frase, una sola frase elemental como un grito de socorro pero precisa como un disparo. Esa frase, pronunciada en el momento adecuado, convierte a Kate en una persona de alma huidiza que se aleja de su cuerpo cada vez que puede verse afectada por un sentimiento, sea positivo o negativo, una disociación que le permite permanecer inmune pero que, al mismo tiempo, le suprime cualquier indicio de humanidad.
"Son las siete y el sol ha salido como de costumbre, ofreciendo una imagen de postal. Es el tres de junio, que llega de nuevo por primera vez. Creo que todo iría mejor con sólo una mínima dislocación. Un pequeño acto de sustitución que podría rehacer nuestra vida. Pero el cambio no llega a producirse nunca. Cada día que llega incorpora exactamente la cantidad de diferencia necesaria para hacer que todo lo aprendido pase a ser innecesario."
Estilo furibundo que, a pesar de situarse cronológicamente en los principios de los años 70, parece rabiosamente actual. Apoyado en el silencio, se sirve de la oscuridad para revelar los sueños y las pesadillas de la protagonista, encerrada en un ambiente lúgubre, sofocante e invasivo, hasta desembocar en un oscuro e inevitable nihilismo. Excelente retrato de esos individuos que llevan la tragedia adherida a su existencia, que no es que la provoquen, es que les es intrínseca. Desasosegante historia y no menos desasosegante libro, magnífico.

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